Sonríe en lugar de jadear

La isla volcánica ofrece a los principiantes y a los profesionales una gran variedad de rutas en bicicleta gozando de vistas y paisajes variados, con o sin guía.

Con un clima agradable durante todo el año, La Gomera es un verdadero paraíso para los amantes del ciclismo y, al mismo tiempo, un verdadero reto. Quien se atreva a aventurarse en la montaña con una bicicleta eléctrica de montaña, se verá recompensado con impresionantes vistas y disfrutará de una gran variedad de paisajes, flora y bahías maravillosas.

La segunda más pequeña de las Islas Canarias, con tan solo 25 kilómetros de diámetro, es conocida por sus numerosas zonas climáticas y por consiguiente sus diferencias de temperatura, debidas principalmente a las grandes diferencias de altitud. Las carreteras de La Gomera serpentean en numerosas carreteras encima y alrededor de la isla, retrocediendo poco más de 1.000 metros de altura. Dado que muchos pueblos están conectados por senderos antiguos para burros, los llamados “caminos reales”, y también por rutas de senderismo más recientes, los ciclistas descubrirán los más hermosos paisajes desérticos de ágave, barrancos montañosas y bosques de nubes.

Desde el punto más alto de la isla, el Alto de Garajonay, más de 50 profundos barrancos de hasta 800 metros de altura serpentean hacia los acantilados y playas del Atlántico. Para los ciclistas de montaña, los senderos angostos de La Gomera son un verdadero Eldorado.

Ya sea principiante, avanzado o profesional, en las numerosas rutas ciclistas de la isla volcánica a nadie se le escapa nada en la Gomera.